¿Eres de esas personas que ayudan a todos los que están a su alrededor? ¿Eres de las que siempre están ahí cuando los demás necesitan una mano? ¿O incluso cuando no la necesitan? ¡Bienvenida al club de las ayudadoras!
El fin de semana pasado estuve en el cine viendo La Teoría del Todo, un excelente film que relata la vida de Stephen Hawking. Lo que más me llamó la atención de la película fue la personalidad ayudadora de la ex mujer del científico (Puedes leer una entrevista sobre su relación haciendo click aquí.) Esto me hizo reflexionar muchísimo sobre todas esas mujeres que dedican años y años a ayudar a las personas y se olvidan de su propia vida por completo.
Desde muy jóvenes a las chicas nos han enseñado a cuidar de los demás. Socialmente nos ha tocado el papel de satisfacer los deseos de nuestros familiares y de nuestra pareja. Muchas veces nos ha tocado callar y sonreír para que los otros estén bien. Conozco a familias en las que son únicamente ellas las que se encargan de cocinar y de llevar a los niños de un lado a otro. Lo más increíble de todo es que nunca se quejan, piensan que es lo normal y que están ahí para ayudar a la familia.
Ayudar no tiene nada de malo, de hecho suele tener una connotación bastante positiva, sin embargo hay ciertos aspectos negativos de los que no nos damos cuenta. Yo soy una mujer ayudadora, lo dicen los que me rodean, lo dice el eneagrama y cada vez más lo digo yo. Darme cuenta de esto fue doloroso a la vez que liberador.
Cuando eres una ayudadora, piensas que eres buena, que sólo quieres que los demás estén bien, pero no te das cuenta del trasfondo y eso es lo que quiero contarte hoy. Comparto esto contigo porque sé lo difícil que es para una ayudadora darse cuenta de lo que se oculta detrás de tanta protección hacia los demás.
¿Qué tiene de malo ser una ayudadora?
- Te olvidas de ti misma: Cuando estás todo el día pendiente de los demás automáticamente no sabes qué es lo que tú necesitas y no construyes tu vida, ni tus sueños. Toda tu energía y tu tiempo se esfuma en los otros y te ignoras a ti misma. Al mirar tu vida en perspectiva te da rabia darte cuenta de que no has hecho nada para ti.
- Aceptas que los demás pasen por encima tuyo: Como ayudadora buscas que te quieran a través de tu ayuda y que los otros estén bien. Esto hace que en algunas ocasiones permitas que las personas te pisoteen y no digas nada. La tendencia natural de una ayudadora es sonreír y perdonar a cambio de la aceptación y el aparente amor.
- No permites que los demás se desarrollen: Si siempre estás ahí para ayudar a tus hijos y a tus familiares, ¿cómo van ellos a aprender a resolver sus problemas? A veces tienes que dejar que los que te rodean se enfrenten a sus propios problemas. Imagínate a un pájaro al que tienes en una jaula con todas las comodidades, si algún día le tienes que dejar en libertad no sabrá volar, ni cazar para enfrentarse a la vida real.
- Ayudas a los demás para sentirte mejor contigo misma: Este quizás es el punto más duro de aceptar para una ayudadora. ¿Te has dado cuenta de que ayudas para sentirte bien? ¿Qué pasaría con tu vida si no tuvieras a nadie a quien ayudar? En el fondo tu deseo es encontrarte bien y darle un sentido a tu vida a través de la ayuda.
- Buscas sentirte fuerte al ayudar a débiles: A las ayudadoras nos gusta la sensación de sentirnos fuertes y seguras cuando salvamos a alguien. En el fondo lo que buscamos es que los demás no puedan vivir sin nosotras para sentir que somos vigorosas y capaces. Es un mecanismo que tenemos para fortalecer nuestra autoestima.
- Te sientes sola: Una persona ayudadora es fuerte, sabe lo que los demás necesitan y está ahí para los otros. Sin embargo cuando los demás le ofrecen echarle una mano ella dice automáticamente que no. ¿Por qué? Porque no quiere molestar a nadie. Esto hace que las ayudadoras muchas veces se sientan solas y sin apoyo.
- Tienes un problema de comunicación: Nosotras las ayudadoras somos muy empáticas y entendemos los problemas de los otros, así que pretendemos que los demás sepan automáticamente, como por arte de magia, lo que necesitamos. No expresamos claramente nuestras necesidades, esto hace que tengamos un gran problema de comunicación que genera grandes enfados y frustraciones.
- Eres una excelente manipuladora: El hecho de ser siempre buena y agradable es una manera de manipular emociones, porque no permites que los demás vean que eres imperfecta y que cometes errores. Haces que los demás sólo vean tu cara positiva y evitas un contacto emocional real con los que te rodean.
En algunas conferencias sobre eneagrama que he impartido me han dicho que soy muy dura con la personalidad del ayudador. Quizás lo soy, pero sé por experiencia profesional que este tipo de personalidad es el que menos acepta sus características negativas por el dolor que le produce aceptar que no tan buena como ella cree.
En cuanto a las partes positivas de esta personalidad, sólo quiero añadir que las ayudadoras sabemos perfectamente cuáles son nuestras cualidades. Sin embargo más adelante escribiré un post con todo lo que bueno que tiene ser una ayudadora.
Finalmente quiero agregar que aunque esta personalidad sea mayoritariamente femenina, también existen hombres ayudadores que tienen exactamente las mismas características que tenemos las mujeres.
Si quieres añadir algún comentario puedes hacerlo aquí mismo o contactarme escribiendo a hada@coachingdepareja.com. ¡Estaré encantada de recibir todo lo que me puedas aportar! ¡Un beso!
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